Por Aquiles Baeza, cronista de fosa séptica.
Desde que tengo uso de razón, la popó ha sido un elemento importante en mi existencia. En efecto, la mierda resulta ser un espacio fundamental en la vida de la humanidad, y especialmente en la cultura de nuestro país. Sea ya como representación de la sustancia divina como resultaba para las culturas prehispánicas como vemos en el códice Borgia en la representación del día 3 Calli donde un hombre rojo está comiendo excremento divino “teocuitlatl”, y que según Laurette Séjourné se utiliza para designar al oro; sea como un simple elemento lúdico para escuincles cochinotes, la mierda es parte importante de nuestro quehacer cotidiano. Es decir, que la mierda pudiera tener un valor mítico y la caca de los dioses sería el oro. Igualmente podríamos ilustrar la manera en que los temas escatológicos han estado presentes en la literatura universal. Encontramos ejemplo de ello en un texto del siglo XVIII que copia el estilo de Quevedo (1580-1645), poeta español que gustaba de esos temas. El texto se intitula «Gracias y desgracias del nobilissimo señor ojo del culo, dirigidas a don chupas de la necessaria, montón de passas por arrobas, escritas por el Bachiller Don Juan Lamas el del camisón cagado. Con licencia del Doctor Cagarria. Impresso en Cagatecas, el año Passado.» Por supuesto, el texto es anónimo. Aquí citamos algunos párrafos:
Más te quiero que a una buena gana de cagar. Y el otro portugués que adelantó la materia, dixo: Que no avia en el mundo gusto como el cagar, si tuviera besos. Pues qué diremos si aprobamos este punto con el texto de vn Filósofo que dixo,
No hay contento en esta vida,
que se pueda comparar
al contento que es cagar.
Más adelante dice :
Hasta los excrementos o mierda (passa adelante, porque no te empalagnes con tan dulce plato) son de provecho, pues según probablemente defienden los Doctores Galenistas y Boticarios Droguistas, son buenos (según dizen Cardano y Alberto) los de lagarto, para los ojos; los de bestias, que llaman estiércol, es con lo que se fertilizan los campos, y a quien debemos los frutos; (…) Esto probado y assentado, avrá curioso que diga que los Ojos de la cara tengan alguna virtud? Luego el Ojo del Culo, él por sí solo es mejor y de más provecho que los de la cara.
Ambas citas en Herrera, Arnulfo. (1999). Quevedo en la Nueva España Presencia de un conocido texto escatológico de Quevedo en un impreso mexicano del siglo XVIII *. Anales del Instituto de Investigaciones Estéticas, Primavera, 271-289.
Como vemos, la mierda y el ojo del culo han sido tema de los más grandes poetas. Bien, no vamos por mal camino, pero no pretendo hacer un escrito académico sobre la mierda, sólo darles algunos ejemplos de cómo mi vida ha girado en torno a la cagada.
Aquí, el personaje devora el teocuitlatl o excremento de los dioses; abajo, la página del Códice Borgia.
Empecemos pues con este breve pero sustancioso viaje por los rumbos de la cagada.
Eludiendo la mierda…
Existe todo un argot específico para hablar de la mierda. Dependiendo del momento y de la situación, nos referiremos a ella de diferentes maneras. Por tanto, si estamos con los suegros y el sobrino se cagó, por ejemplo, habremos de decir “el niño ya se hizo del dos” o “ya hizo popis el niño”; quizá a lo más que lleguemos sea a decir que el niño “se acaba de hacer popó”, acompañado de risitas nerviosas que indudablemente siempre buscan disculparnos al haber trascendido un ordenamiento social por el cual, nadie habla de caca frente a los suegros. Por tanto, no diremos “ese niño ya se cagó” o “mira nomás, pero qué mierda se acaba de tirar ese escuincle”… no al menos si queremos quedar bien con los suegros, siempre tan decentes. En efecto, hay todo un repertorio de palabras y frases diversas en un escapismo lingüístico para decir caca: popó, popis, del dos, la pos, todas son nos permiten, en un caso muy extremo, decir que hicimos caca, pero sin que suene tan drástico. La censura de la mierda es una mierda y apesta.
Como moscas a la… mielda
Por otro lado, nuestra sabiduría popular ha logrado generar un sinnúmero de frases excelentes para designar a la caca y a la mera acción de cagar. Para decir caca decimos cacahuate, maní, tuinquis, pastel, churro y muchas más.
Cuando no hemos podido defecar pero ya nos anda: El clásico de niño “me anda de la popó”; “se me aflojó el mastique”; “el muñeco se está asomando”;
Acción de cagar: “voy a tirar la lombriz en submarino”; “voy a liberar a Willy” – ¡es grande! -; “voy a echar el topo a nadar”; “tirar a los clavadistas”, “voy a soplarle a la vela antes de que se me caiga el pastel”; “voy a echar el crayolazo”; “voy a pasar de lo abstracto a lo concreto”; “voy a columpiar el tamarindo” y el maravilloso y ya un clásico “voy a echarme agua a los cachetes”.
Lo leí en… el baño.
Lindos los inquilinos del sitio ¿no? Igual y como las abejas, después de soltar esa mierda, murió.
En los baños públicos encontramos frases excelentes para describir la actividad maravillosa de deponer. ¿Quién no ha estado perdiendo el tiempo en los baños de Sanborn’s leyendo las frases en las paredes mientras, entre sonidos de clavadistas, escuchamos una versión instrumental de La Incondicional de LuisMi… Bien, en esos sitios se leen este tipo de frases.
“Caga feliz, caga contento, pero por favor, cágate adentro…”
“Si pujas y pujas y no puedes cagar, deja de hacerte pendejo y ya vete a estudiar”
“Estimada clientela, se le suplica no dejar morralla en el mostrador”
“No hay placer mas exquisito que cagar bien despacito”
“Los escritores de baño, son poetas de ocasión, que buscan en la mierda, su fuente de inspiración”
“Qué triste es amar sin ser amado, pero más triste es cagar sin haber almorzado”
Y por cierto, el fin de semana pasado estuve en Tepeaca acá por Puebla, y en un baño público – en el que pagué 3.50 pesos y recibí tres tiritas de papel de baño a cambio- había letreros pegados por todos lados donde solicitaban de la manera más atenta “sentarse como es debido”. Será que frecuentemente la gente hace de “aguilita” y pos no le atinan…
Tipos de mierda
La mierda Yeso, porque después de hacerla preguntas “¿Y eso?
La mierda fantasma: una vez depuesta, desaparece…
La mierda huérfana: suele aparecer en el inodoro como por arte de magia, no tiene madre, y nadie se adjudica su paternidad.
La mierda dietética: tan abundante que al terminar te queda la sensación que has bajado tres kilos.
La mierda submarina: ver historia más abajo.
La mierda que llegó para quedarse: aquella que después de una noche de Bacardí combinado con tepache y Jarritos de tamarindo, se niega a abandonar nalgas, ojo del culo, papel, y si hay mala suerte, hasta los dedos…
La mierda luz de bengala: Baste decir que se da cuando hay diarrea…
La mierda Tarzán: por más que hacemos movimientos de todo tipo, se niega a soltarse y se columpia de un lado para el otro.
Numeralia
-Diariamente producimos entre 20 gr. y 1.5 kilos de caca. Si en México somos aproximadamente 110 millones de personas, se producen alrededor de 110 millones de kilos de mierda al día.
-A lo largo de nuestra vida producimos varios kilómetros de caca. De hecho, con ella los mexicanos podríamos decorar todo el ecuador terrestre en un solo día.
-La caca más grande es la de los elefantes que pueden hacerla 5 veces al día en deposiciones que oscilan entre 6 y 30 kilogramos.
Fuente. Tonda, Juan y Fierro, Julieta (2006). El Libro de las cochinadas. México, ADN.
Anecdotario de mierda…
No podría faltar, ya es un clásico…
He aquí unas historias que ha recopilado este, su amable cronista de la mierda. Algunas son mías; otras, de dominio público…
La mierda submarina
Es frecuente que la mierda termine en el mar, al menos aquella de las poblaciones vecinas a la costa. Si no me creen, pues fíjense a dónde va a parar el drenaje en Acapulco, Veracruz o cualquier ciudad costera. Así y todo, difícilmente tenemos conciencia de que eso sucede, o mejor dicho, siempre nos hacemos de la vista gorda. Claro que no es lo mismo que la mierda llegue al mar, que uno mismo se cague en el mar. Eso indudablemente es una autentica cochinada, vista desde el ángulo que se le quiera ver. Quiero pensar – no existen datos al respecto, por supuesto- que el ser humano desde que existe, come y caga, se ha cagado en el mar. Sea que viviera cerca de la costa y se acercara a echar un torpedo para ahorrar papel o que viniera en una de las carabelas de Colón y sacara las nalgas fuera de borda y se tirara unos churros al mar. Sin embargo, hace poco escuché de una persona que juraba ignorar esa práctica ancestral –igualmente cochina, no importa su antigüedad- y que se enteró de la peor manera. Una vez, nadando en el mar del Caribe, al lanzar una brazada, su mano se cerró alrededor de un cerote, cosa que le provocó asco y pavor. Al exclamar su asco infinito, su acompañante de nado dijo no ser el autor de semejante trozote ya que él, había hecho más allá a la izquierda… ¡Qué descaro del atascado!
Fotos de mierda.
Desde que estaba en la Universidad tuve la obsesión por tomar fotografías de mierda, y no me refiero a que fueran malas, sino literalmente de mierda (hoy prácticamente todas extraviadas o desechadas). Por tanto, dediqué mis espacios de ocio a la elaboración de fotografías donde la mierda fuera el centro… Lo interesante es que en una ocasión, fui a un parque que quedaba cerca de casa pues ahí llevaban los vecinos a sus perros a cagar y era un auténtico maná para mí… Mientras me encontraba con un objetivo macro a unos cuantos centímetros de una caca de color blancuzco, noté la mirada curiosa de un niño de unos 3 años que se había acercado a fisgar. “¿Qué está haciendo señor?”- preguntó el infante con una mezcla de ansia y asco-. “Nada –respondí- , aquí nomás tomando fotos de caca”. Por supuesto, el niño entre azorado, confundido y divertido, corrió a informarle a su madre, que allá a lo lejos paseaba con una carreola a un bebé, lo que había visto. ¡Mamá, Mamá, ese señor está tomando fotos de caca!” –informó emocionado el infante. “Sí mi’jito, claro”- replicó la madre completamente incrédula ante tal afirmación. Y es que, ¿quién demonios en su sano juicio tomaría fotos de caca? Pobre niño, seguramente lleva ya varios años en terapia tratando de averiguar por qué la relación con su madre ha sido tan complicada, llena de desconfianza y mentiras…
Esta es la imagen producto del trauma del niño.
Otra de fotos.
Pues resulta que seguía en esta colecta de material escatológico para la colección de mierda, y una vez había ido con la familia al Ajusco para pasar un día de campo de esos que ya no se acostumbran. Después de haber comido cuanta cosa me pusieron enfrente, me dieron ganas de ir a tirar unos troncos en el bosque, por aquello del abono y el reciclado. De tan linda que me quedó –de un color marrón matizado por el óxido que ya empezaba a apoderarse de ella lo que la hacía verse un tanto marmoleada- decidí regresar a pedirle a una tía mía su cámara. Le tomé unas fotos, pero nunca le dije a la tía que las había hecho Pueden imaginarse la cara del dependiente del laboratorio fotográfico al entregarle las fotos a la tía. Bueno, era como si literalmente le estuviera entregando muestras de la caca… Por cierto, supongo que la tía quedó sumamente traumada con el hecho, y ahora trabaja en un laboratorio de análisis clínicos recibiendo las muestras para copro cultivos. Las malas lenguas dicen que ella se dedica a clasificar las semillas encontradas en las muestras… Indudablemente, el destino es una mierda.
Hasta aquí con este post de mierda, que como de costumbre, tiene que hablar de cosas desagradables. No podría ser de otra manera, aunque, como dice mi noviecita, “así como está Brad Pitt, hasta las cacas le han de salir lindas…” Y como yo me parezco según ella, pues me salen puras obras de arte. Los invito a que pongan las historias de mierda que consideren más relevantes en sus vidas de defecar. Igualmente a que si recuerdan algún otro dicho de mierda y anexas, pues lo compartan para que todos estemos en una santa comunión de mierda.
Les comparto también un texto que publicó mi alter ego, El Zorro, Israel León en la Jornada, muy a cuento con el asunto de la escatología. Nos estamos mirando…
http://www.lajornadadeoriente.com.mx/2008/09/11/puebla/o1isr13.php
El final…
Sin palabras…
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